Entrevista por: Margarita González Rangel
***Para escuchar el audio de la entrevista, ver final de esta entrada
«Desde los impulsos personales y la antropología, me he preguntado por la omnipresencia de la música en la experiencia humana. Hay música para dormir, para festejar, para llorar, para amar, para odiar, para extrañar, para la guerra, para cocinar, para cortejar, para la muerte, para pensar, para no pensar. La música atraviesa sigilosamente toda la experiencia humana. Me he preocupado por cómo, a través de la música, se recogen una variedad de circunstancias y contextos que ésta -en sí misma- expresa, afianza y difunde mediante su ejecución.
Mi acercamiento a la cumbia comenzó con la pregunta, ¿por qué hay “cumbia” en países como México, Argentina, Chile, Bolivia, Perú, Paraguay, Uruguay y El Salvador, entre otros? ¿Qué factores hicieron posible que un ritmo de la costa caribe de Colombia se dispersara y se afianzara, a lo largo del continente americano? ¿Qué tienen en común estas cumbias? ¿Qué hay detrás de estos recorridos de la música?
Para alguien que no sabe mucho del tema, suena como una revelación que un ritmo que conocemos como «la música nacional en Colombia«, tenga una serie de compañeros dispersos por todo el continente y que se llaman de la misma forma. ¿Qué tiene que ver Lima o Buenos Aires con Barranquilla? Es más, ¿qué tiene que ver Bogotá con la cumbia colombiana?
Para intentar darle respuesta a estas preguntas, empecé por escuchar esas “primas” (o mejor, hermanas) de la cumbia colombiana, para encontrar similitudes y diferencias entre los sonidos. Adicionalmente a esto, estudiosos de la música desde las ciencias sociales ya habían realizado numerosos trabajos sobre las cumbias en cada país, y algunos otros sobre las cumbias en el continente Americano. Teniendo estos insumos, mi trabajo consistió en escoger dos grupos representativos de los nuevos movimientos cumbieros que están floreciendo, desde Estados Unidos hasta Argentina (por no decir que están germinando en todo el mundo) y hacer un seguimiento detallado de las redes por las que se componen y transitan estos sonidos. Al mismo tiempo hice una revisión minuciosa de la música, las letras y el discurso de los músicos en torno a estas mismas redes y desplazamientos -que ha tenido la cumbia desde sus inicios- que se perpetúan y extienden.
El resultado han sido respuestas que van encaminadas a la expansión de las fronteras que músicos latinoamericanos tienen en cuenta para autodenominarse e identificarse, de la mano de una intrincada red multilocalizada que es el centro de la composición y la difusión de la cumbia alrededor del mundo».
Constanza Solórzano, antropóloga
Escuche la entrevista a Constanza Solórzano:
Constanza Solórzano: Antropóloga de la Pontificia Universidad Javeriana y fotógrafa. Desde la mirada antropológica, ha analizado temas como el vallenato “vulgar” y la correlación entre la producción, las letras, el mercado y la difusión de estas canciones. También ha estudiado la música del pacífico colombiano, como sustento de un discurso de región dentro del estado-nación, y últimamente, analiza la cumbia latinoamericana como relato y sustento de nomadismo y expansión de fronteras.
CRÉDITOS [MÚSICA INCLUIDA EN EL AUDIO]:
- Frente Cumbiero: «Cumbietiope»
- Los Mirlos: «Sonido Amazónico»
- Lucho Bermudez: «Tolú»
- Hijo de la cumbia: «Mara Tomasa»
- Frente Cumbiero: «Aguanegra»