Por: Christian Esteban Ramírez
Esta es la primera entrega de una serie de textos acerca de la antropología y su aproximación a los medios de comunicación. Estos textos pueden ser leídos de manera independiente ya que, aunque tienen relación entre sí, cada uno abarca temáticas diferentes en relación con la Antropología y los Medios.
Sobre las tecnologías y lo que se entiende como medios: Marshall McLuhan
Cuando en antropología se habla de medios no se hace de una manera muy diferente a como lo haría cualquier persona en su vida cotidiana. Los medios masivos, alternativos, radicales, ciudadanos, comunitarios, indígenas, etc., cumplen tareas sociales particulares que requieren ser analizadas por separado, pero, al mismo tiempo, hacen parte de un todo más complejo. Los medios no sólo deben ser entendidos como estructuras que producen contenido: estos son también instrumentos y objetos tecnológicos que permiten a las personas mediar entre sí o, como comúnmente se piensan los medios, permiten que alguien más medie por ellos a través de éstos. Del resultado de esta relación nacen los conceptos de comunicación horizontal y comunicación vertical, que a su vez ayudan a definir lo que se entiende como el acceso democrático a los medios. Antes de entrar en detalle sobre cualquiera de estos aspectos (cosa que no se hará en esta primera entrada), es necesario revisar las primeras aproximaciones a la teoría de medios y ver como estos han definido, en gran medida, la manera en que nos relacionamos con ellos y los incorporamos a nuestra propia vida.
En su libro Understanding the Media (Comprender los Medios de Comunicación, 1964), el teórico canadiense Marshall Mcluhan discutió por primera vez la influencia de la tecnología en la sociedad. El argumento central de su libro recae sobre su famosa frase “el medio es el mensaje”, en donde de una manera determinística, pero altamente innovadora, el autor destaca que la manera de entender a los medios es anticipándose a sus efectos y no fijándose únicamente en lo obvio que se obtiene de ellos. Para poder entender esta relación, McLuhan entendió que era necesario definir el término mensaje como “el cambio en los patrones o escalas” que un nuevo invento tecnológico “introduce a los asuntos humanos”. Esto se aleja bastante de los análisis en donde se consideraba más importante al contenido de los medios que al medio en sí mismo. Si traducimos esto a nuestros días, el análisis de McLuhan frente a las redes sociales no estaría enfocado en su contenido sino en como las relaciones entre personas ha venido cambiando debido a la introducción de estas nuevas tecnologías.
El medio, para McLuhan, era considerado como un “extensión de los seres humanos”. Un control remoto (de un televisor) o un teléfono celular, no son simples elementos que permiten cambiar canales o que facilitan la comunicación entre personas. Estas tecnologías son extensiones del cuerpo humano, que alteran nuestra relación con el mundo y nuestra propia forma de vivirlo y entenderlo (un anticipo a la teoría de cyborgs). Es necesario añadir que a los medios a los que se refería McLuhan no se limitan a elementos tecnológicos (como lo que entendemos hoy en día), sino a cualquier instrumento que estando en posesión de una persona, cambiara su relación con el mundo.
Lo que se considera importante de esta forma de entender los medios es la sugerencia de que cualquier cambio que se perciba a nivel social y cultural, debe tomarse como un indicativo de que el mensaje al que se refiere McLuhan (la relación de la persona con el mundo) está cambiando (recuerden que «el medio es el mensaje»). Esto quiere decir que entrenar nuestros sentidos para que perciban cualquier señal de cambio, es la clave para predecir y entender el papel real de los medios en nuestra vida cotidiana. Fue precisamente esto lo que permitió al teórico anticiparse a todos sus contemporáneos y afirmar que la relación medios-seres humanos, había empezado a construir lo que hoy se conoce como la aldea global (concepto introducido en su libro La Galaxia Gutenberg y que se utiliza a menudo para describir procesos sociales globales).
Marshall McLuhan logró anticiparse a su época. Hoy se le critica por haber pecado de optimista al pensar que con el desarrollo tecnológico, y con la posibilidad real de acercarse entre seres humanos a través de los medios, podía llegar el momento en que los medios –las extensiones del hombre*- permitirían la horizontalidad en la comunicación. Aunque los análisis del canadiense nunca pretendieron llegar a tanto, su análisis futurista lo convirtió en una celebridad de su época. Hoy en día, además de sus textos clásicos, entrevistas como la concedida a la revista Playboy en 1969, siguen siendo considerados textos canónicos en el estudio y análisis de medios.
Se puede afirmar entonces que el estudio de medios que nació con McLuhan sigue hoy tan vigente como hace más de cuarenta años. La diferencia parece estar en que la velocidad con la que estos están cambiando ha hecho que quienes se dedican a su análisis, se sientan abrumados con el sobre flujo de información. La invitación de McLuhan, a mi entender, sería de hacer una pausa (…) para darse cuenta que aunque los medios cambien rápido, las relaciones entre personas varían a una escala humana.
* Las extensiones del hombre es el subtítulo de su libro Understanding the Media.
@CEramsesgado
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